Llegan las Navidades y con ellas el momento de descorchar ese vino que teníamos reservado para la ocasión. Pero siempre surge la misma duda: ¿Estará bueno? ¿Se habrá puesto malo y no tengo un plan B? ¿Sabré identificar si está bueno o quedaré como un completo inexperto? ¡No pasa nada! Todos hemos dudado alguna vez, y desde aquí te vamos a ayudar a saber reconocer si un vino está bueno antes de servirlo.
Lo primero que tienes que mirar es el color. Cada vino tiene un color que varía en función de la uva y de la edad de maduración del vino (aquí los puedes comprobar), y si ves algo raro, puedes estar más alerta a la hora de probarlo. Por ejemplo: un tinto con muchos años en barrica suele tener un color más apagado, más tirando a teja que otros tintos más jóvenes, y un blanco joven tiende más hacia un amarillo pálido, más pajizo, que blancos de más crianza.
Uno de los mayores indicativos de si un vino está bueno es el olor. En un tinto, si el aroma te recuerda a corcho, a vinagre, o a un exceso de alcohol que invade todo el vino, sin duda el vino está malo. Lo mismo pasa cuando los recuerdos evocan más la fruta pasada, como si fuese una papilla de frutas maduras… Puede ser que al olerlo no notes nada y en cambio el vino no te sepa del todo bien al probarlo. Fíate de tu intuición, pero sin volverte paranoico. Cada vino tiene una uva, una acidez, un pH… Y sobre todo, cada vino tiene un sabor que lo caracteriza.
La sensación al descorcharlo y al probarlo tiene que ser de equilibrio. No hace falta ser un absoluto experto en el mundo del vino para saber que, si la sensación es rara al olerlo y probarlo, probablemente el vino tenga algún defecto. Y sobre todo, ¡timidez fuera! Si no estás seguro, pregunta a alguien que sepa más su opinión sobre ese vino, ¡no pasa nada por preguntar!