Resveratrol. Es la palabra mágica, la clave de que el vino sea bueno para el colesterol, mientras que el resto de bebidas alcohólicas no lo son. Esta sustancia, presente en las uvas, es un antioxidante natural que favorece la reducción del colesterol en sangre, además de prevenir enfermedades cardiovasculares.
Al ser una sustancia de la uva, el resveratrol no está presente en el resto de bebidas alcohólicas, por lo que se trata de la única bebida que combate el colesterol malo. Además, los polifenoles presentes en el vino no solo son buenos para combatir el colesterol, sino también para prevenir la formación de coágulos de sangre y proteger el corazón.
Por ello, se trata no solo de una bebida más sana que el resto de bebidas alcohólicas, sino que además aporta múltiples beneficios. Beber vino con moderación es bueno para mantenerse en forma.
