¿Sabías que el vino tinto, consumido con moderación, además de ser cardiosaludable puede ser un aliado para perder peso? En efecto, un informe de la Universidad de Ulm, en Alemania, sugiere que el resveratrol, un antioxidante que se encuentra en la uva, inhibe la producción de células grasas, y que el piruvato de calcio, también presente en el vino de forma natural, ayuda a las células grasas a quemar más energía.
A estos dos términos, desconocidos para la gran mayoría, se une un tercero: los polifenoles, presentes entre los componentes del vino y que se caracterizan por sus propiedades antioxidantes, lo que ayuda al metabolismo.
La Universidad de Oregón, en Estados Unidos, ha dado un paso más en su investigación: dirigida por el bioquímico Neil Shay, estudia el comportamiento de un grupo de células ante la exposición a varios compuestos naturales presentes en la uva. Uno de estos compuestos, el ácido elágico, se mostró especialmente potente, reduciendo el crecimiento de las células de grasa ya existentes, e incluso frenando la aparición de otras nuevas y acelerando, además, el metabolismo de los ácidos grasos en las células del hígado.
El artículo explica cómo en un primer experimento varios ratones fueron alimentados con extractos de uva. Los investigadores descubrieron en ellos una mayor actividad en dos proteínas que trabajan con las células para metabolizar el azúcar y la grasa. Shay cree que el ácido elágico y otros compuestos presentes en las uvas y en el vino, se unen a estas proteínas y activan los genes responsables del metabolismo de la grasa y la glucosa, acelerando su eliminación.
Por ello, más allá de que una copa de vino tinto apenas tiene unas 125 calorías, su consumo puede acelerar el metabolismo y quemar grasa, por lo que, una vez más, ¡brindamos por esa copa de vino al día!
